domingo, 14 de marzo de 2010

Conversaciones desde la barra con Alba Revenga


Alba Revenga, la madre de todas las creativas.
Joaquín Ortega

Alba Revenga, venezolana, creadora de Sopotocientos, del Museo de los Niños, Productora creativa. Escritora de comics. Directora de revistas, equipos creativos y un larguísimo y entretetenido etcétera conversa con su increíble buen humor, compartiendo trucos y esperanzas.

J.O: Cuánta vigencia tiene la vida cotidiana frente a la historia pública

A.R: La vida cotidiana es la verdadera y la única historia. Lo sublime o derogatorio, lo agrega el cuenta cuentos de turno. Sea Herodoto o tu canal de noticias preferido.

J.O: Dramas y grandes comedias en Venezuela

A.R: El drama central, pivote, es el haber sido y seguir siendo tan, tan ricos y no haberlo sabido aprovechar. El no haberlo sabido sembrar, diría Arturo Uslar Pietri. Solo imagínate una inversión inteligente y multimillonaria en educación durante los últimos 60 años. ¡Seríamos la luz de América! Ese error garrafal, del cual todos somos partícipes, si acaso, nos acerca a la tragicomedia.

J.O:¿Alguna falla en esa matriz?

A.R: A Dios gracias, hay excepciones. José Antonio Abreu y su cruzada, por ejemplo. No se qué es más importante si la música o la autoestima generada en tanto niño y adolescente. ¡Centenares de orquestas juveniles e infantiles; exitosas, gloriosas, nuestras! O el Hospital Ortopédico Infantil que ha multiplicado y multiplicado su alcance a base de compartir el conocimiento de excelentes médicos y técnicos.

J.O: ¿Ruedan los mitos europeos en clave caribeña?

A.R: No, no son refritos caribeños. Y vuelvo a acordarme de Uslar. Lo “iberoamericano” no es suma de partes o remedo de otras manifestaciones culturales. Es sui géneris, es único y tiene características propias que lo definen y lo identifican. La mitología iberoamericana es rica, con ancestro indígena, con drama africano, con picardía criolla y con esa manera tan “autóctona” de interpretarla cada uno a su manera. Tu mito no es mi mito, pero lo reconozco, tal como me reconozco en García Márquez y en Jorge Luis Borges. Incluso en la campesina andina y en la mujer de la costa.

J.O: El karma de ésta tierra de gracia

A.R: El no reconocerla como tal

J.O: El mood de los pequeños y grandes relatos. Cómo se debe contar una historia en la TV

A.R: Siéndole fiel al Medio. En ambos casos. Oye, no es una historia impresa, no es radio, no es teatro, ni Youtube. ¡Es televisión! Y eso implica un formato y un estilo de recepción. Lo que prevalece en la buena -sea pequeña o gran pieza de TV- es la capacidad de interpretar a los personajes, de transferir el sentimiento o la emoción que demanda la situación del script, del libreto, con la ayuda de esa inmensa tecnología disponible; del uso de las cámaras y sus lentes, de la iluminación, de la pista de efectos, de la música ad hoc y también, por supuesto, de la magia creativa de productor y director. ¡Uf! En esta podría seguir durante horas, pero me dijiste que te contestara cortico.

J.O: Cuando niña pensaste que ibas a estar en combo audiovisual

A.R: Creía que iba a hacer “cinemascope”. Jugábamos, mi hermano, mi hermana menor y yo, durante horas en sets imaginarios, con vestuarios que nos inventábamos. Todo era aire, no había utilería real. Pero si íbamos a caballo en el cuento imaginario, y mamá nos llamaba, tenías que bajarte del caballo, atarlo a un poste, quitarte el sombrero y luego ir casa de mamá. Hablábamos todos los idiomas, todos inventados y éramos príncipes y mendigos y pilotos intergalácticos y animales de la selva. Yo era siempre el rey, el capitán o el león, lo cual ocasionaba más que un motín. Era maravilloso.

J.O: La mujer venezolana diseña al hombre o lo empareja en el camino

A.R: ¿Quién te dijo que sólo la mujer venezolana es diseñadora, jajajajajaja?

J.O: ¿Cómo puede transitarse esa gran tensión entre la familia y la vida íntima de las mujeres?

A.R: Perdona, esta pregunta no la entiendo. ¿Transitarse? ¿Una tensión? ¡No!. las tensiones son propulsoras de conducta. A veces destructivas por su duración o intensidad. En este caso, si hay conflicto, la manera de manejarlo no es universal y única, dependerá de la experiencia previa, del cuadro de valores, del nivel de autoestima, del comportamiento de la sociedad que rodea al individuo. Es decir, una serie de variables que difícilmente pueden convertirse en una receta.

J.O: Un leit motiv universitario

A.R: “¡Demuéstramelo!”-Aplicable a ciencia, letras, sexo y tecnología-

J.O: Momentos que marcaron nuestra ciudadanía

A.R: Sin duda, fueron la independencia de una monarquía, las Guerras de la Federación y el reventón del petróleo, con todo lo que chorreó.

J.O: ¿Una manía particular -la menos estudiada- en alguno de nuestros próceres?

A.R: El hambre de grandeza que ha sido tan poco comentada, como si fuese algo que tiene que esconderse o minimizarse. Por definición un prócer es un abre-caminos, un innovador, un arriesgado. ¿Es de extrañar que hayan tenido unas enormes “agallas” en cuanto a su deseo de ser reconocidos per vitam eternam? Claro, la época en la cual viven es el cenit del romanticismo. Podías aspirar a la eternidad histórica, rodeado de guirnaldas de flores, rayos luminosos, sobre un demoníaco corcel; era lícito. Hoy en día la cosa es levemente diferente: hay mucha cámara, mucho micrófono.

J.O: Mayor aprendizaje del primer amor

A.R: Que el “primer enamorado” no diferencia entre el complemento indirecto y el verbo de la oración.

J.O: ¿Cuándo se sabe que hemos crecido?

A.R: Cuando no nos da pena volver a ser niños

J.O: Los sueños de mujer y los tiempos que corrieron

A.R: Ganar derechos, reconocimiento en áreas que no le eran propias y hoy, en muchas sociedades, buscar el balance idóneo entre la mujer capaz en todos los frentes y ser vulnerable, dependiente de cariño y de paz en su entorno.

J.O: Plato para la cocina sentimental

A.R: Muy condimentado, algo intoxicante y asegura un antiácido para después.

J.O: Para no hacerse en vacaciones

A.R: Considerarlo una época sagrada, divorciada de la vida real, quimérica. Por Dios, si solo son vacaciones y de todas las maneras te van a agarrar por el celular o por email. Relájate, y sigue trabajando a distancia.

J.O: Qué están por dar los medios masivos

A.R: Interactividad en tiempo real

J.O: Dónde convergen los sueños en Venezuela

A.R: En verdad, solo dentro de ti mismo. Pero, ayuda mucho el estar en el Casiquiare, en una curiara, sin un sonido urbano alrededor, con solo el sonido de los animales que viven en las riberas; y la paleta golpeando el agua. Eso es mágico.

J.O: Entre la televisión venezolana de ayer y la de hoy…¿hay claves para el futuro?

A.R: ¿Pero hay una de ayer distinta a la de hoy? Las claves no están allí. Pero habrá un sacudón creativo en algún momento y espero que el medio entonces se vuelva estimulante e inspirador.

J.O: ¿La tecnología supera a la imaginación?

A.R: ¿Estás loco? Jajajajaja…La primera nació de la segunda y crece a saltos agigantados gracias a ella.

J.O: ¿Los niños de hoy serán siempre distintos a los de siempre?

A.R: Si, y ese es su secreto.

J.O: Un sueño de Venezuela en stand by.

A.R: Que todos coman, tengan casa, educación sin fronteras y acceso a un maravillosísimo cuidado médico asistencial.

J.O: ¿Que está vivo e inexplorado después de Sopotocientos?

A.R: Como siempre, el mundo de los niños. Como ellos lo conocen, como lo interpretan, como interactúan con el. ¿No te asombras de cómo los niños, en toda generación les llevan una morena a los adultos? Es insólito lo “quedados” que nos volvemos después de los 11 años.

J.O: ¿La tecnología supera a la imaginación?

A.R: ¿Estás loco? Jajajajaja…La primera nació de la segunda y crece a saltos agigantados gracias a ella.

J.O: ¿Los niños de hoy serán siempre distintos a los de siempre?

A.R: Si, y ese es su secreto.

J.O: ¿Enseñar con diversión es un mito inalcanzable?

A.R: ¡Claro que no! Todo buen educador lo hace. Algunos por instinto y amor a su profesión, otros porque se les han dado las herramientas, pero todos sabemos que aprender pasándolo bien es “lo fino”, lo “máximo”, o sea; “demasiado”.

J.O: ¿Pavlov, Skinner, Klein, Mengele, Masters y Johnsons, Jung o Lacan u otros...?

A.R: Neobehaviorista 100 por 100. Se aprende, se aprende y se aprende y también se “desaprenden” conductas nocivas. Eso de “lo trae en la sangre” y “hasta la sepultura” son las excusas más nefastas que se ha inventado la humanidad controladora.

J.O: Después de Gutenberg y Mac Luhan ¿quien viene?

A.R: Llegaron ya Timothy Berners- Lee, Bill Gates y mi héroe ¡Steve Jobs!

J.O: Metas por realizar

A.R: Me dijiste que contestara cortico, así es que dejamos ésta para la próxima.